La palabra “Maridaje proviene del término francés "marier", que significa "matrimonio" o "unión".
Originalmente se utilizaba para referirse a la combinación de alimentos y bebidas de manera armoniosa y equilibrada. Hoy es todo un arte que juega un papel muy importante en la experiencia culinaria.
Muchas veces provocando o desafiando los sentidos, donde no solo se involucra el gusto y el olfato, sino también estar atento a las texturas, los perfiles de sabor de los distintos ingredientes a usar, la química entre ellos y las sensaciones que nos producen en su combinación.
Ello nos brindará la oportunidad de explorar y disfrutar de nuevas y emocionantes combinaciones de sabores.
¿Cómo realizar un maridaje DE VINOS? ¿Por donde partir?
Si nunca has realizado un maridaje de vinos ¡no entres en pánico! Te recomiendo partir por lo básico y , junto a un par de amigos, realizar este pequeño ejercicio.
- Primero debes comprar: una botella de vino blanco, una de vino rosé y una de algún vino tinto. Si no eres muy especializado en la degustación de vinos te recomiendo que sean mono varietales (es decir de un solo tipo de uva). Parte con vinos que ya conozcas y con los que te sientas cómodo.
- Disponer de una copa de vidrio tipo bordeaux o similar, para cada uno de los vinos. Es importante que la boca de la copa sea más angosta que el ecuador de la copa o la parte central. Así será más fácil apreciar y reconocer los aromas.
- Finalmente, disponer en un plato bocados con las siguientes características: uno especiado, uno graso, uno cárnico, uno cítrico y uno dulce. Inicialmente puede ser un trozo de queso suave, un trozo de jamón cocido, un salame español o pastrami (que son más aliñados). Unas papas fritas o pan con aceite de oliva como lo graso , un trozo de limón, tomate o frutilla como lo ácido y algún chocolate, durazno o un alfajor para lo dulce.
La idea es probar un sorbo de vino primero sin comida y después con cada uno de estos bocados y verás como el vino cambia en la boca.
Con esto nos encontraremos que generalmente al tomar vino tinto con un mordisco del limón, el vino se vuelve plano y casi sin vida. Pero si el mismo vino tinto lo probamos con jamón o pastrami la experiencia será mucho más interesante y placentera.
Un Vino tinto con chocolate, suele potenciar el amargor y tanino, mientras que, con el queso, el vino se sentirá más sedoso. Ello porque la grasa y la sal suavizan los taninos.
Otro ejemplo es ver lo que pasa entre el vino blanco y el limón y como este se expresa de mejor forma (especialmente si es Sauvignon Blanc). Se encuentra un lindo equilibrio por la similitud en sus grados de acidez y afinidad aromática.
lOS MITOS URBANOS DEL MARIDAJe de vinos
Quizá uno de los Mitos Urbanos más famosos con respecto al maridaje es el que habla de: Carnes con tintos y Blancos con pescados o mariscos.
Por algunos factores que acabamos de mencionar, el mito se justifica, pero en la realidad va a depender de la presencia que tengan los distintos ingredientes y cómo resulta la mezcla de TODOS ellos.
Por ejemplo, para un pescado graso como el salmón, al que además le agregamos una pimienta a la crema y lo acompañamos de una copa de Cabernet Sauvignon, es muy probable que resulte una grata experiencia de maridaje ya que vas a poder encontrar en la salsa características similares a las del vino y, en este caso, la salsa cumpliría el papel de generar un “Puente de armonía” que une los sabores.
Maridaje: experimentar, jugar y disfrutar
Bueno este ejercicio es la base para tomar conciencia de como los distintos ingredientes que utilizamos para cocinar interaccionan entre ellos y pueden cambiar la experiencia de sabor en la boca.
Después solo debes atreverte a experimentar y disfrutar de las distintas expresiones que se presentaran en tu boca!
Recuerda siempre que tanto la degustación como el maridaje son experiencias subjetivas, únicas e irrepetibles.
Enjoy it & Salud!
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