Italia es un país conocido por su rica cultura y legado histórico, y el vino juega un papel protagónico en ello. Desde la llegada de la vid a este territorio, el vino ha formado parte integral de la cultura italiana. Hoy en día, Italia es el mayor productor de vino del mundo y su gran historia junto al vino se refleja en sus más de 400 denominaciones de origen y su riquísima diversidad.
Acompáñame en esta nota para descubrir y conocer un poco más sobre el vino italiano y su historia.
Historia del vino italiano
Cuando hablamos de la historia del vino, Italia tiene un lugar de gran importancia. En este país, el vino cuenta con más 3000 años de historia, iniciándose con diversas tribus que habitaron esta zona como los Picenos.
Los fenicios, grandes comerciantes y navegantes, realizaron una gran contribución en la propagación de cepas al sur de Italia. Ya desde este punto de la historia empezamos a comprender cómo es que hoy Italia es el país con el mayor número de cepas nativas (alrededor de 350).
Por otro lado, en la zona central de Italia, los Etruscos realizaron grandes contribuciones en el área agrícola y fueron los principales impulsadores del cultivo de la vid utilizando como soporte los árboles (vite maritata all’albero), un sistema de conducción precursor de la pérgola y la espaldera.
Oenotria (Tierra de vinos)
Los griegos dieron a parte del territorio italiano el nombre de Oenotria, descubriendo e impulsando el inmenso potencial del sur de Italia para la producción de vinos. Contribuyeron a la expansión del cultivo de la vid, seleccionando variedades y mejorando las técnicas de viticultura, convirtiendo al vino en una parte esencial de su economía.
Para los griegos, el vino no era solo un alimento, sino que se le otorgaba un rol socio-cultural, posicionándolo como una bebida relacionada con el poder, la ilustración e incluso lo divino, asociándose a los dioses bajo la figura de Dionisio.
Los años dorados del Imperio Romano
Los romanos, grandes admiradores de la cultura griega, hicieron del vino un estandarte de su imperio, instalando la vid y el consumo de vino en cada uno de los territorios conquistados.
Así, fueron los romanos quienes expandieron la viticultura y la cultura del vino a zonas como España, el Valle del Ródano, Burdeos, Borgoña y a lo largo del Mosela y el Rin en Alemania.
Con los romanos, el vino gozó de 500 años dorados en los que fue parte de cada ceremonia y banquete.
Los romanos también realizaron una importante contribución en las ciencias y las letras. Observaron, mejoraron y, lo que resulta aún más importante desde el punto de vista histórico, documentaron.
Entre los principales personajes artífices de este legado tenemos a Columela, Catón el Viejo, Horacio, Virgilio y uno de mis personajes preferidos de esta parte de la historia: Plinio el Viejo, autor de “Naturalis Historia” y creador de la famosa frase “In vino Veritas” (hay verdad en el vino), alusiva a la locuacidad frecuentemente confesional producida por la ebriedad.
Gracias al trabajo de estos y otros autores, sabemos que ya desde el siglo I se manejaba el concepto de terroir y se tenían identificadas las zonas que eran capaces de producir vinos excepcionales e incluso se realizaba un ranking de los mejores vinos del imperio.
La Edad Media
En el siglo V, con la caída del Imperio Romano, se generó un período de gran confusión y cambios en el que el vino experimentó horas oscuras. Ya a mediados de esta época aparecieron en Italia reinos y señores. Muchas de estas familias retomaron y potenciaron la producción y comercio del vino. Tal es el caso de la familia Ricasoli, quienes iniciaron sus operaciones en 1141 y han producido vino de forma ininterrumpida desde entonces hasta el día de hoy.
el vino italiano y su historia en Tiempos modernos
Por más de 200 años, Italia fue la cuna del Renacimiento, un movimiento cultural que nació en el siglo XIII en Florencia y se expandió desde allí a gran parte de Europa. Junto con el Renacimiento, también renació el esplendor del vino italiano. Tras épocas muy convulsionadas de guerras de poder e inestabilidad económica, llegó un nuevo periodo en búsqueda de la unificación política: "Il Risorgimento" (1815), concretándose la unificación de Italia, encabezada por el Rey Vittorio Emanuele II di Savoia, Camillo Benso Conde de Cavour y el General Giuseppe Garibaldi.
Si en algún momento visitan la región del Piamonte y deciden recorrer las tierras del Barolo, el castillo de Grinzane será un punto obligado de su recorrido. Este castillo fue propiedad de Camillo Benso. Construido en el siglo XI, se alza sobre una colina que permite una vista privilegiada del paisaje vitícola del Langhe.
Durante el siglo XIX, muchos prestigiosos vinos italianos como Chianti, Barolo y Brunello di Montalcino adoptaron el estilo que los caracteriza hoy. Es también en esta época que se crearon varias de las principales escuelas enológicas de Italia, tales como el Instituto Agrícola San Michele all'Adige y la escuela enológica de Conegliano.
El vino italiano en la actualidad
El vino italiano ha sabido resguardar el sabor de su historia y diversidad bajo el amparo de sus más de 400 denominaciones de origen en vinos.
La fuerte tradición en la producción de vinos de este país lo ha llevado a ser el mayor productor de vinos del mundo, representando el 21% de la producción mundial con casi 50 millones de hectolitros de vino al año. Esta producción es posible gracias al trabajo de más de 900,000 productores y 50,000 bodegas vinificadoras presentes en el país.
El vino italiano tiene una diversidad e historia únicas que bien valen el esfuerzo de conocer para poder disfrutar plenamente de sus vinos.
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